31 de maio de 2013
Xenofobia na Rússia, em castelhano
Sobre a xenofobia que se intensifica na Rússia, escreveu na lista argentina Reconquista Popular o intelectual e militante Néstor Gorojovsky < nmgoro@gmail.com >:
Explosivas declaraciones anti-inmigrantes del alcalde de Moscú,
recomendaciones inquietantes del vicejefe de los servicios de
seguridad rusos, recientes afirmaciones del primer ministro y una ley
sancionada hace pocos días se combinaron para presentar un brote
xenófobo en Rusia.
El alcalde moscovita, Sergei Sobyanin, afirmó, en un reportaje que
publicó hoy el diario local Moskovskoye Novosti, que no se debe
alentar a los inmigrantes de Asia Central a establecerse en Rusia.
Para Sobyanin "los que hablan mal el ruso y tienen una cultura
distinta están mejor en su propio país, así que no favorecemos su
adaptación" a una Moscú, que, enfatizó, "es rusa, no es china, ni
tayika ni uzbeka".
Pese a ello, Sobyanin se opuso a la segregación de los inmigrantes en
guetos étnicos (al modo de los conocidos "guetos" negros o latinos de
Estados Unidos y áreas de residencia de asiáticos y africanos en
Europa Occidental).
Pero la solución que propone no busca entremezclar las etnias sino
conservar la "pureza" rusa de Moscú.
"Segregar los grupos étnicos, enfrentar una cultura con la otra, es
muy peligroso y hasta explosivo, en especial para nuestra ciudad",
dijo.
Curiosamente, los ojos ligeramente rasgados y altos pómulos del
intendente de la capital de Rusia, en un rostro de tez blanquísima,
expresan cabalmente la típica mezcla euroasiática que tan común es en
la población rusa, pero Sobyanin rechaza para "su" ciudad.
Las declaraciones de Sobyanin desnudaron hoy que la imagen de fusión
cultural eurasiática y multiétnica con que se presenta al mundo la
Federación Rusa esconde tendencias segregacionistas, exacerbadas
además por consideraciones de seguridad.
La oposición a un incremento del ingreso de ciudadanos de las ex
repúblicas soviéticas de Asia Central está muy difundida, afirma la
agencia oficial RIA Novosti. Pero tanto la capital como el país
dependen en gran medida de los trabajadores migrantes.
Según un informe presentado en marzo por el servicio federal de
migraciones, el 60% de los cinco millones de trabajadores inmigrantes
en Rusia son ilegales, y otro, de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que estos ilegales componían
el 7% de la población económicamente activa.
El parlamento ruso ya aprobó una ley, en diciembre de 2012, que exige
a los trabajadores migrantes un nivel mínimo de conocimientos del ruso
para desempeñarse en áreas tales como el comercio minorista y los
servicios públicos.
A principios de esta semana, el primer ministro ruso, Dmitry Medvedev,
admitió que el flujo migratorio "no es bueno ni malo, es simplemente
la vida", pero advirtió que había que convertirlo en algo "manejable".
Si bien Rusia no ha construido aún cercos anti-inmigrantes en sus
puntos de acceso, como lo hicieron Grecia o España en la Unión
Europea, o los Estados Unidos en el límite con México, estas
declaraciones revelan una tendencia que puede traer serios problemas a
los ciudadanos de Asia Central que buscan un futuro mejor en la
Federación Rusa.
Pero la inquietud xenófoba también se relaciona con los
acontecimientos que se desarrollan en estos momentos en Siria y con la
inestabilidad económica, política, religiosa, social y militar de Asia
Central, que es aquello de lo que quieren huir los migrantes.
El segundo jefe del primer servicio del Servicio Federal de Seguridad
ruso (FSB), Alexander Soshchupkin, declaró hoy, durante una audiencia
parlamentaria, que no es imposible que activistas armados traten de
migrar hacia Rusia desde el atormentado país del Medio Oriente. Rusia
sufre desde hace años una seguidilla de alzamientos y atentados
islámicos en Chechenia y el Cáucaso.
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